Posiblemente sea porque cada vez es más difícil conseguir estas consolas o sencillamente porque queremos, incluso necesitamos, volver a revivir una parte de nuestra infancia con aquellos títulos míticos como Mario Bros o Sonic. Si eres de aquella generación aquí hablaremos del mundo retro, de cómo ha evolucionado, rescataremos títulos ya olvidados y mucho más.
Hoy empezamos retrocediendo a los 90 con dos máquinas que cambiaron la historia de los videojuegos para siempre: Súper Nintendo y Mega Drive. Aunque ya había consolas mucho antes estas dos máquinas eran diferentes pues gracias a ellas podíamos por fin disponer de tecnología en casa de forma asequible, hasta entonces o pertenecías a la nobleza o tenías que conformarte con artilugios construidos por dos amigos en un garaje.
La Nes, Master System y Atari. Después, Súper Nintendo y Mega Drive consiguieron acercarnos un poco más a los salones recreativos, ya no era necesario sisar monedas a tu madre del bolso para jugar, tenías muchos títulos increíbles a tu alcance y jugar con tus amigos en casa mientras tu abuela hacia la merienda es uno de esos recuerdos que perduran en la mente de muchos jugadores veteranos.
Ahora, cuando miramos nuestras consolas actuales, PS4 y Xbox One, vemos cómo ha cambiado todo, recuerdo como hace 15 o 20 años era impensable llegar a este nivel. Son mejores que nunca y han dejado muy atrás a sus antecesoras pero sigo pensando que antes todo tenía otro encanto, resultaba más divertido y era más auténtico.
Si bien las consolas ahora son más potentes, necesitan conexión porque son como ordenadores y lleva mucho tiempo configurarlas ya que piden muchos datos y generación de cuentas, pero quien prefiere una vieja consola es porque quiere despreocuparse de estas cosas, encender y ponerse a jugar para disfrutar sin complicaciones y en este aspecto nuestras queridas SNES y Mega Drive ya que eran divertidas, directas y hasta más bonitas. Podías jugar donde quisieras y sin restricciones. Hoy con las nuevas consolas, hemos ganado mucho en poderío técnico, en gráficos, incluso podemos jugar con gente de todo el globo pero en el fondo no somos tan libres, ni tenemos tanto como pensamos o nos hacen creer. Incluso hemos perdido significativamente en cotas de diversión.
Las consolas actuales son geniales pero llegará el día en el que cada vez que encienda la consola se nos exija una muestra de ADN para jugar una partida.
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